10 consejos básicos por laboratorios Ferrer
1. Prepárate para prevenir
Identificar y evitar las situaciones que desencadenan la aparición de brotes es fundamental para minimizar las consecuencias que el eccema tiene en la vida diaria.
2. Informa al profesor
Permite la posibilidad de ayuda: los educadores deberían tener una lista de sustancias o de actividades que el niño debe evitar y saber el propósito de las cremas hidratantes o jabones especiales que utiliza.
3. Elije bien las prendas de vestir
Se deben evitar las prendas ajustadas, ásperas (lana, sintéticos) o que arañen (etiquetas). Idealmente utilizar tejidos de algodón, detergentes hipoalergénicos o sin perfume y prevenir la sudoración son buenas opciones.
4. Conciencia a tu hijo
Educar al niño sobre la prevención y el manejo del eccema Por ejemplo: una ducha fría e hidratación después de la natación u otro deporte, el control del rascado, el uso de cremas hidratantes a diario.
5. Mantén el rascado bajo control
Se deben mantener cortas las uñas de las manos y de los pies todo el tiempo, tratar rápidamente la piel irritada para minimizar el picor, y explicar al niño por qué es importante no rascarse.
6. No te olvides de las estaciones del año
El aire acondicionado en verano, la calefacción en invierno y los cambios bruscos de temperatura pueden secar y dañar la piel; por eso es importante mantener una rutina de hidratación y cuidados adecuados a lo largo del año
7. Hidratar, hidratar, hidratar
El uso de cremas hidratantes y emolientes, libres de sustancias irritantes, previenen la sequedad de la piel.
8. Atención a la comida
Ciertos alimentos pueden desencadenar la aparición de eccema en un 10% de los niños. Leche, huevos, chocolate, cacahuetes y algunos colorantes son los más problemáticos
9. La hora del baño
Se recomiendan duchas breves diarias con agua tibia y productos hidratantes especiales e hipoalergénicos, secar con toalla sin frotar y aplicar siempre una crema hidratante después del baño.
10. Administrando el tratamiento adecuado
Por ahora no hay una cura para la dermatitis atópica, pero existen muchos tratamientos que ayudan a vivir plenamente. Es importante colaborar con el médico y no tener miedo a hacer preguntas.